Anne-Sophie Mutter
Esta tarde he acudido junto a mi mujer, Rocío, a un fantástico concierto en el auditorio de Madrid. Se trataba de un evento benéfico a favor del trabajo que "Save the Children" está realizando con los niños y niñas víctimas del terrible terremoto de Haití. La iniciativa partió de Anne-Sophie Mutter, principal protagonista del concierto que hemos disfrutado hoy. Anne-Sophie Mutter está considerada desde hace tres decádas como uno de los principales virtuosos del violín en el mundo. Es alemana y ya en 1976 actuaba como solista en Salzburgo bajo la batuta de Herbert von Karajan. Desde entonces no ha cesado de ofrecer conciertos por todos los países y de grabar discos. Hoy le acompañaba la orquesta de cámara "Andrés Segovia" bajo la dirección de Pablo González, próximo nuevo Director titular de la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña (a partir de septiembre de 2010).
El Concierto para violín en Re mayor de Johannes Brams ha sido la obra seleccionada por Anne-Sophie para esta ocasión especial. Aunque ya había tenido oportunidad de ver a esta excelente violinista anteriormente en concierto, en esta ocasión y gracias a la posición privilegiada que teníamos en el patio de butacas (debíamos estar a cinco metros de ella) hemos alucinado con su técnica. Los movimientos de los dedos de la mano izquierda deslizándose a velocidad endiablada sobre las cuerdas, el arco acariciando el violín en perfecta coordinación con los dedos que van atrapando las notas, y mientras, un torrente de música divina viajando de la caja de resonancia hasta nuestro corazón. Al final, después de quemarnos la piel de las manos aplaudiendo, Anne-Sophie nos ha regalado una pieza de violín sin acompañamiento ninguno -no programada- que ha sido la guinda a un extraordinario concierto que nos ha emocionado. Me ha impresionado también como Anne-Sophie interioriza la música, incluso en los momentos en los que ella no participa y lo hace otro grupo de instrumentos, entonces cierra los ojos y siente con todo su cuerpo, se balancea ligeramente, acusa con la cabeza los diferentes acordes, hasta que de nuevo es su turno, entonces empuña el violín y vuelve la magia.
El programa se ha completado con la Obertura "Las Hébridas" y la Sinfonía nº 4, de Félix Mendelssohn. Me ha gustado especialmente también esta última por su potencia, energía y expresividad.
Ha habido muchas cosas buenas este fin de semana, y este concierto ha sido el broche de oro.
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