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Mostrando entradas de febrero, 2019

Revelado

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Esta es la historia de una foto coqueta que se disfrazó de color para disimular su edad, pero también es una gran historia de amor. En la imagen, como se puede ver, mi madre recién estrenada y yo paseamos por un parque. Si nos fijamos en la ropa elegante y zapatos que vestimos podremos pensar que no es un día corriente de la semana, quizá sea un soleado domingo de primavera por la mañana. Mi madre, con delicadeza, me lleva de la mano por la vida alejándome de las sombras y muros que van quedando atrás. Ella posa segura para la foto pero yo, ajeno a la cámara que nos retrata, y con la mirada perdida, no sé todavía que hoy, 48 años después, la foto es al revés.

Confidencias

Cada noche tengo mi cita con él. Nos quedamos en silencio y empezamos a hablar sin sonidos. A veces hago trampa y me ayudo de las manos. Así nos sentimos y hacemos balance. Se queja cuando le desprecio pero yo le prometo que no volverá a pasar.

De picnic

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Un calor extremo nos estaba agotando por momentos. La sequía reinaba en toda la región y ya eran muchos meses sin llover. De seguir así muchos cultivos se echarían a perder y comenzarían las migraciones. Llevábamos ya más de 30 km buscando donde comer. En esta tierra inhóspita no hay mucho donde elegir, por lo que decidimos parar en el primer lugar que cumpliera unas condiciones mínimas para resguardarnos de las altas temperaturas. Entre tanta llanura y aridez, a lo lejos, divisamos un paraje que cumplía con creces nuestras expectativas. Parecía no pertenecer al paisaje cotidiano en el que nos manejábamos cada día. Frondosas plantas y arbustos, aromas delicados a hierbas, cortezas y brotes. Y en el centro, como un gran espejo, quieta, mansa y cristalina, una laguna que reflejaba en tonalidades esmeralda la vegetación que la rodeaba. No era un sueño, era real. Con cierta desconfianza y precaución buscamos nuestro mejor acomodo y comenzamos a comer y beber, en silencio y comunión,

Olores

Marta trabaja de administrativa en una gestoría mientras espera que llegue el fin de semana para tocar el bajo con su grupo de rock. Su deseo es convertirse en escritora. No usa paragüas cuando llueve porque cree que cada gota de agua que cae sobre su piel le inspira para escribir más y mejor. Marta huele a tierra recién mojada.

Justicia

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Todo empezó por aquel olor pestilente y nauseabundo que me zarandeó las entrañas. Caí de rodillas sobre la acera y apoyado con las manos en el suelo vomité violentamente. Saqué un pañuelo como pude y me limpié, pero sobre todo, me tapé la nariz con desesperación hasta literalmente aplastarla con el deseo de que ni una molécula más de ese tufo pudiera alcanzarme. Jamás había olido algo tan repugnante en mi vida.   Unos minutos después, ayudándome tan solo de una mano, me pude ir incorporando hasta ponerme de pie. A pesar de tener taponada la nariz y dolerme por la presión de mi brazo, el inmundo olor se había apoderado de mi cerebro y seguía sintiendo náuseas. Me sobrepuse como pude tratando de abandonar la repulsión que me invadía. Sentía la urgencia de huir de allí, de salir corriendo y abandonar ese horrible lugar. Sin embargo, no podía marcharme, una curiosidad morbosa empezaba a apoderarse de mí y me empujaba a lo más profundo del callejón donde, presumiblemente, estaba

Orígenes

Vengo de dos sitios, soy de aquí pero también de allí. Nací en dos ocasiones pero también morí una. En ambos casos pasé miedo y frío pero también amor y calor.