Vuelta a la rutina




El último día de vacaciones, el bueno de Hans y su familia se despiden de sus amigos. La pequeña Karen tira del pantalón de su padre y reclama otra chocolatina. Hans consiente, como siempre. Su esposa Marlene observa la escena con plena felicidad. Han sido unas cortas pero fantásticas vacaciones y Hans, pese a todo, está satisfecho con su vida. Tiene un trabajo sencillo y bien pagado; asegurar el reparto del gas letal por las tuberías perforadas de la cámara. En unas horas volverá a madrugar, eso es lo que peor lleva.



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